dimarts, 24 de setembre del 2013

Suposi (només suposi) que es disposa a deixar una societat perquè es considera maltractat i faltat al respecte. L'altra part sosté que són només invencions seves, i l'amenaça de fer-li la vida impossible i impedir que trobi feina si l'abandona. No ho dubti: qualsevol conseller personal o d'empresa li dirà que si es queda per por a les amenaces, ha d'estar disposat a suportar humiliacions més grans i maltractament. És el que hi ha



Autor: Germà Bel i Queralt (les Cases d'Alcanar, 15 de març de 1963), economista i polític. 


Font: "Incertidumbres y certezas" (La Vanguardia, 24/09/2013). 


Foto: ARA. 


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El éxito de la Vía Catalana ha sorprendido a quienes veían desinflándose el suflé soberanista, y ha situado la cuestión unos peldaños más arriba en las agendas políticas del Gobierno central y de la Comisión Europea –CE–. En la última semana se han ido introduciendo incertidumbres (o certidumbres, según se mire), para una Catalunya segregada de España.

La CE ha dicho por varios portavoces que si Catalunya se segrega será considerada país tercero y deberá solicitar su adhesión a la UE. El Gobierno de España ha anunciado que vetará tal solicitud, así que Catalunya no sería miembro de la UE. Lo dice la plantilla: sólo el Reino de España sucede en derechos y deberes al Reino de España. Por ejemplo, derechos como la membresía de la UE, y deberes como la deuda pública del Reino de España. ¿Es esta misma plantilla la que invalidó el tratado de Lisboa tras su rechazo en referéndum en Irlanda en junio del 2008? Bueno, tras una negociación política y nuevo referéndum en octubre del 2009, el tratado de Lisboa siguió su curso. Pero asumamos la plantilla tal como se ha explicado la última semana: hay veto español y Catalunya queda fuera de las instituciones de la UE. Algún día ya aclararán lo de la ciudadanía.

Se puede no ser miembro de la UE y tener un tratado bilateral comercial con ésta, sobre intercambios de mercancías y servicios. Hay muchos casos. Esto no requiere unanimidad (art. 207 y 218 del tratado de Funcionamiento de la UE), sino mayoría cualificada (http://europa.eu/legislation_summaries/glos-sary/qualified_majority_es.htm), por lo que el Gobierno español debería lograr una minoría de bloqueo. En tal escenario, sería interesante conocer la opinión de los varios miles de empresas alemanas, francesas, italianas… implantadas en Catalunya que importan de y exportan a la UE. Con todo, asumamos que España puede articular una minoría de bloqueo y Catalunya no logra un acuerdo comercial con la UE. Sabemos también por la propia Comisión que Catalunya fuera de la UE podría usar el euro, pero no tendría presencia ni influencia alguna en las instituciones propias del euro. Algunos lo ven como una pérdida; otros lo vemos como una situación equivalente a la actual, a efectos prácticos. Sobre gustos no hay disputas.

Todo esto impone algunas incertidumbres relevantes (¿certezas en lo que sólo dependa del veto de España?) para una hipotética Catalunya independiente. Sin embargo, dos cosas son bien ciertas. Una, que el asunto catalán ya ha entrado con fuerza en la escena internacional, como muestran tantas declaraciones los últimos días. ¡Quién lo iba a decir! Y otra que me parece muy relevante: suponga (sólo suponga) que se dispone a dejar una sociedad porque se considera maltratado y faltado al respeto. La otra parte sostiene que son sólo invenciones suyas, y le amenaza con hacerle la vida imposible e impedir que encuentre trabajo si le abandona. No lo dude: cualquier consejero personal o de empresa le dirá que si se queda por miedo a las amenazas debe estar dispuesto a soportar mayores humillaciones y maltrato. Es lo que hay.